Alta y con un corte a lo chico, sus familiares siempre supieron que su corazón la llevaría a lugares distintos a los que frecuentaría una chica de su posición social. Annemarie Schwarzenbach nació para ser aventurera y, pese a su delicada salud, muy joven decidió que quería ver mundo. Después de sus estudios en Historia y Literatura en Zúrich, y una vida bohemia en el Berlín de los los años 30 del siglo XX, donde se codeaba con los hijos de Thomas Mann, realizó su primer viaje a Persia, ya no había vuelta atrás.
A partir de ahí los viajes se sucedieron unos a otros, recorriendo el Congo Belga, Estados Unidos, España y Rusia, para dar rienda suelta a su multidisciplinar creatividad: fotografías, novelas, crónicas periodísticas, nada se le resistía a Annemarie. Mención aparte merece su viaje a Afganistán, donde fue desde Europa en coche junto a otra aventurera del siglo XX, Ella Maillart, dejando atrás el horror de la Alemania nazi. La muerte le sobrevino de froma accidental a los 34 años, cuando al caer de una bicicleta, el golpe en la cabeza fue tal, que falleció a los pocos días. Varías biografías y una película, ‘El viaje a Kafiristán’, relatan su singular vida.
Fuente:http://www.traveler.es (texto de Álvaro Anglada)
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